Inyecté al chico que vendía rosas

Les comparto una anécdota que uno de nuestros lectores nos compartió

Pues les contaré:

Yo trabajaba en la farmacia, y como en cualquier otra farmacia me llegaban clientes pidiendo diferentes tipos de medicamentos. Ademas cabe mencioner qué desde muy chico siempre me ha excitado el tema de las inyecciones.

Pero todos los jueves pasaba un chavo que vendía flores.

Era de buen ver, ya qué siempre que pasaba, me preguntaba que si me gustaria comprarle alguna flor, a lo cual yo siempre decía que no, Hasta que un día de me. Ocurrió la brillante idea de preguntarle en cuanto vendía las flores y comprarle una. Obvio esto con el fin de que sacarle platica y ver si había la oportunidad de inyectarle.

El era un chavo musculoso qué hacia gym.

Asi que comenze a preguntarle qué si tomaba vitaminas o algún suplemento, el respondió qué si.

Pero ya lo había enganchado yo, asi que le dije que yo tenia vitaminas de complejo b12 qué si le gustaría que le inyectara unas. El chavo se quedo pensando y yo le dije"la verdad son buenas, le ayudan para muchas cosas y ademas usted que hace ejercicio le dan resistencia y fuerza"

Con eso, ya logre convencerlo y me dijo que si lo inyectara, a lo cual esto me emocióno mucho, comenze a preparar la inyección en lo que le hacía platico, me temblaban los dedos de los nervios, pero trataba de que el no me viera.

Ya cuando por fin tenia la inyeccion lista, tome un poco de algodon y lo moje con alcohol, cerré la puerta de la farmacia y le dije "ps listo, vamos acá" y lo lleve a un cuarto qué usábamos como bodega.

Ya estando ahí, le dije, "acuestate, te recomiendo que sea acostado, ya qué esta inyeccion duele."

El se acostó, y se bajo los pantalón totalmente por debajo de la nalga, lo cual me volvió loco.

Le pregunta qué en cual nalga se lo ponía, e el me dijo "la qué sea"

Yo toque sus 2 nalgas aprovechando para ver donde inyectaria.

Me. Decidí por la izquierda, hice las mediciones y comenze a pasar el algodon.

Después tome la jeringa, con mi. Mano agarre un poco de piel y con la otra mano, inserte la aguja, el dio un pequeño salto al sentir el pinchazo.

Le dije que no apretara y le hacía platica para distraerlo, mientras qué poco a poco iba inyectando el medicamento.