Inyectando al Roomie

Querido publico este blog sigue vigente aunque no sea constante, Espero se encuentren bien y aprovecho para dejarles una anécdota que me pasó el domingo 21 de agosto del presente.

Me invitaron a una fiesta y el punto central no fue eso si no que le dimos hasta el amanecer y me quedé a dormir con mi amigo el dueño de la casa y el que organizó la fiesta, el vive con su roomie y ese día llego en la mañana y dijo que no puso llegar a la fiesta porque su turno de trabajo es nocturno pero que se sentía mal y temía  que fuera covid, ya que le dolía la garganta y la cabeza , le compramos en la farmacia una prueba de covid y le ayudamos a hacérsela.

La prueba salió negativa a lo que acudimos al médico para que lo revisara, el médico le dice que necesita antibiótico para acabar con la infección de garganta, A lo que le recetó inyecciones y yo le dije que si necesitaba yo se las podía poner  y que sirve que no gastaba y pues me comentó que le parecería bien ya que contaba con poco dinero para el resto de quincena.

Llegamos a su casa directo a preparar la inyección, mientras yo la preparaba él miraba con angustia la jeringa, mi amigo se reía porque lo veía nervioso, cuando termine de prepararla me pasa mi amigo el algodón y lo frota con alcohol, y en ese momento su roomie se acuesta boca abajo dejando sus dos glúteos desnudos, (para describírselos ya que me fue imposible tomar foto, eran unas nalgas grandes, duras, blancas y velludas, él practica base ball así que se imaginarán lo grande de sus nalgas), pero bueno en eso le pregunto cuál nalga desea que lo pique a lo que él me dijo que la que yo quisiera, empezando yo a agarrar con mi mano su nalga derecha y pellizcar con poca presión para que se relajara y aflojara el músculo, empiezo a sobar con el alcohol y en eso le pido que respire profundo para relajar el cuerpo y al hacerlo aplico la inyección viendo cómo ponía duras sus nalgas.

Le pedí que se relajara y en eso empieza a gemir por el dolor diciendo que sentía el líquido y como no si era ampicilina esa ampicilina lechosa robusta de esas que dan miedo y poco a poco la inyectaba en su nalga haciendo con mis dedos frotaciones en su gluteo mientras mi amigo se moría de risa cada vez que el chico gemía de dolor. Terminó de inyectar y sacó la aguja con cuidado sobando su nalga con el algodón y cómo ya es costumbre antes de que él se subiera el pantalón decidí darle una nalgada leve pero firme en donde vi toda su nalga rebotar, fue algo muy excitante y lo quise compartir con ustedes.